jueves, 22 de julio de 2010

Dia 1. Profundizando en la Anestesia - El pánico al dolor.

Todos somos seres profundamente heridos, que vamos por la vida con una serie de heridas sin sanar, infectas y dolorosas. Pero en vez de identificarlas, limpiarlas, suturarlas y cicatrizarlas decidimos por lo general mitigar el dolor, caminar anestesiados por la vida, engañándonos y observando nuestro mundo emocional a través de la herida.

Cuando vemos a alguien que nos interesa, o se interesa en nosotros la primera pregunta que nos viene a nuestra mente es...¿Qué implica esto para mi vida, acaso más dolor?"

Hemos construido un mundo que busca no sentir dolor, que espera crecer en anestesia, parir en anestesia, vivir en anestesia y morir en anestesia. Un mundo donde no se permite vivir ni el más leve dolor de cabeza. Una realidad que evita, evade y bloquea el dolor.

Darle la espalda al dolor, ignorarlo, el cubrirlo con trabajo, alcohol, drogas o medicinas es la ruina del carácter, es el inicio de la creación de carácteres crispados que no toleran la más mínima molestia o incomodidad. Esto nos incapacita para amar, pues todos los sucesos relevantes de nuestras vidas y que ratifican el hecho de estar vivos tienen su cuota de dolor.

Quisiéramos pastillas para para todo, para vivir dormidos. Relaciones que nos garanticen "cero sufrimiento". Esto no es más que vivir en lo infantil, en lo ingenuo, es un acto cobarde de no querer crecer, ni asumir responsabilidades en el sanar nuestras heridas.

El pánico al dolor nos impide vivir, arriesgarnos a salir. En Venezuela hay un dicho que reza así: "Al que le pica macagüa le coje miedo a todo bejuco" traduciendo del venezolano al castellano, la macagüa es una pequeña culebra típica del llano que se camufla muy bien en la vegetación seca, su mordida es muy agresiva y su veneno tiene efectos paralizantes y dolorosísimos, por ello el llanero dice que al que le muerde esta culebra, le teme a todo palo seco que hay en el llano.

Hay que temerle a las macagüas, pero no a la vida, no todo lo que está en el piso es macagüa, ni toda persona está destinada a herirte. Hay que aprender de nuestras heridas, cicatrizarlas y no permitir que estas nos paralicen y hagan que nos encerremos en la trampa de la soledad.

"El dolor es la fuente real de fortaleza, de templanza, pero no él como tal, sino el ser que lo padece y la decisión de éste para vivirlo, para meterlo en el laboratorio alquímico de su alma, y transformarlo en fuerza y materia prima para la grandeza y la trascendencia. " Carlos Fraga R.

"Desde la noche de los tiempos, el hombre había entendido, que el sufrimiento, una vez encarado sin temor, era un pasaporte hacia la libertad." Paulo Coelho en Once Minutos.

Tarea: Hoy atrévete a conocer a alguien del sexo opuesto al tuyo, que pertenezca a tu entorno común y con el que no hayas platicado nunca. Hablale al menos tres minutos y consigue su teléfono.

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