lunes, 28 de septiembre de 2020

Diferenciando: "soledad sana" y "desolación solitaria".

 La soledad sana está profundamente vinculada, a pesar que la persona esté en un desierto inhabitado, dentro de sí la persona tiene una cantidad de vínculos de amor construidos en su ser como una tela, donde el silencio es fecundo, pues los vínculos podemos compararlos a los hilos de la tela, que están dispuestos verticalmente (urdimbre) vínculos con Dios y los santos, y los que están dispuestos horizontalmente (trama) que son aquellas personas que hemos conocido y entablado una relación en el día a día, el prójimo. Cuando la persona cuenta y nutre la calidad de sus vínculos a pesar de estar en el desierto más inhabitado del planeta, la soledad estará profundamente vinculada y será capaz de: paz, crecer, diálogo, pregunta, adultez, dignificar al ser humano, buscar el bien común.



La desolación solitaria está centrada en una profunda egolatría. a pesar que la pesona esté rodeada de un mar de gente, dentro de sí la persona está insatisfecha, pendiendo en una especie de vacío, una desnudez del ser, donde el silencio aterra, pues está profundamente desvinculado, aún de sí mismo. No es capaz de levantar la mirada al cielo, ni al prójimo, centra su mirar en la oscuridad de su ombligo, orbita en su ego. La persona ha llegado a este deterioro por no contar ni nutrir la calidad de sus vínculos. Nadie nació desvinculado, somos seres naturalmente, profundamente vinculados. Sin vinculos de amor, la paz no existe, ni la capacidad de crecer, se huye a la pregunta, se vive en la inmadurez, es imposible dignificar al ser humano y mucho menos generar bien común, y ni hablar de solidaridad, subsidiariedad o sostenibilidad. 


Foto: Compresión en Tokio 1. 2010. de Michael Wolf

lunes, 16 de agosto de 2010

soledad vs desolación

Sin duda la mayor de las crisis de la humanidad es la soledad. Pareciera mentira que en un planeta donde todos los días hay más gente, cada día también, más gente se siente sola.

Una cosa es estar solo y otra sentirse desolado. La primera es una realidad, muchas veces necesaria, la segunda está dominada por el miedo, esa sensación de sentirse aislado, sin amor, invisible, sin nadie que nos quiera.

C. Jung afirmaba que sentir la soledad es el detonante para abrir esa ventana, por donde penetra realmente Dios a nuestras vidas. La soledad ha dado frutos y ganancias siempre.

La desolación, es estéril, aliena y paraliza. El pánico que genera nos lleva a una espiral de más y más paralisis, más y más aislamiento. Lo hacemos inconscientemente, guiados por el pánico al dolor, la autogestión y la mitificación del amor.

La soledad por otra parte aunque no es tribal, llama a nuestra consciencia al dominio de nuestras vidas, al disftrute y asumir nuestras decisiones.

La desolación coloca el problemas en otros. La causa del problema está en los demás. Al igual el plano de responsabilidad, la capacidad de responder queda en otros. Entonces te encuentras rodeado por la tribu que te condena, te señala, e inmediatamente, con una lástima empalagosa te persigue para: hacerte compañía a juro, buscarte a alguien, integrarte a algo, sin nunca, ni siquiera preguntarte.

Necesitamos la soledad tanto, como que luego del sol llueva, o luego de la lluvia, salga el sol, pero esa necesidad se ve contrastada con la negativa opinión de nuestra tribu. Reconciliarse con la soledad, es ir perdiéndole el miedo a lo más sagrado nuestro, a lo más luminoso, a aquello que crece, a aquello que vive. Por lo tanto, respetar mis espacios solo, acusarlos en mi corazón, aprovecharlas en mi inspiración, me harán cada día más dueño de mí, y por lo tanto, más abierto a las relaciones, a las transformaciones, a los cambios, a las pérdidas, porque allí, cuando parece no haber nadie, allí, precisamente: me tengo, y teniéndome, tengo a Dios, a la vida y su milagro; y a todo lo que quiero y respeto.

Gánale terreno a tu propia soledad, y ésta, dejará de ser una amenaza, y menos, una condena para tu vida.

domingo, 15 de agosto de 2010

Acepto mi responsabilidad...

El involucrase con la responsabilidad por las decisiones tomadas son a la vez: un derecho y un privilegio.

¿Estás viviendo en tu vida el valor de la "responsabilidad" como cierto? ¿Cuentas con todas las herramientas necesarias para tomar decisiones en tu vida? ¿Cómo tomas tus decisiones?

Tus decisiones dependen de donde se encuentre tu poder personal. ¿Dónde reside tu poder personal? En lo que té estas diciendo permanentemente a ti mismo. Vive en la posibilidad de escucharte.

"Si te sientes lastimado por algo que no es como a ti te gustaría no es eso lo que más té afecta sino la conversación interna que tienes sobre ella y solo tu tienes el poder de cambiar dicha conversación". Quiero que elijas un espacio de acción y observes dónde te encuentras.

viernes, 13 de agosto de 2010

Sentir ... Sentir... Reflexiones sobre la anestesia...

Ignorar lo que sentimos es la sentencia de nuestra cultura anestesiada ... ¿cómo es nuestra relación con nosotros mismos si anestesiamos nuestros sentimientos? ... ¿qué calidad de relación existe con los demás si carecemos de emocionalidad con nosotros mismos? ... ¿Cuán humanos somos si no tenemos capacidad de sentir?

El cuerpo pide a gritos volver a sentir y permitirnos sentir. Castramos la espontaneidad de niños y adultos ... no rias ... no llores ... no explotes en ira ... no te entusiasmes ... por inconveniente o inoportuna.

Vivimos en un mundo lleno de anestesiólogos que no saben manejar las dosis ... la respuesta ante todo es: TODO ESTA BIEN. Lo que dicho sin ningún piso emocional, cual conversación de elevador, es síntoma inequivoco de depresión, del mal que aqueja a la humanidad entera ... no de ganas de morirse, sino de pocas ganas de vivir. Sumergidos en la cotidianidad de la respuesta vacía que a veces se abrevia en un TODO BIEN. Cotidianidad insensible que nos sumerge en una depresión estéril donde nos sentimos mutilados, vacíos ... ¡¡salgamos de allí !! ... ¡¡despertemos del letargo!!

Prozac ... Lipitor... ansiolíticos ... prozac ... pastillas para dormir ... plavix ... prozac ... estamos enfermos del corazón de lo emocional...

Seamos portadores de esperanza, la esperanza que viene del sentir, permitir, estimular que la gente sienta y se exprese libremente. Dejar reir, dejar llorar, liberar tristezas, permitir salir la ira contenida, dejar volar los entusiasmos. Cuando permitimos que los sentimientos afloren, por una buena o no tan buena razón, devuelve a la vida la luz que nos permite una sensible, presente y humana relación con nosotros mismos, que luego del llanto, la desolación y el mal rato propiciará un campo fértil en el que crecer.

Les propongo que en vez de iniciar con la gente una conversación de ascensor con un: ¿Cómo estás? comenzemos a preguntar: ¿CÓMO TE SIENTES?

jueves, 22 de julio de 2010

Día 2. Profundizando en la velocidad - ¡Una receta urgente!.

Vivimos a la caza de cualquier promesa rápida, indolora y permanente. Negándonos testarudamente a caminar, vivir y asimilar los procesos que nuestra almas nos exigen para evolucionar.

La cultura está llena de promesas de adelgazamiento instantáneo, de cuerpos perfectos sin esfuerzo, de comidas rápidas que no requieren preparación alguna, de mil y un aparatos para facilitarnos la vida. Buscamos una píldora que nos resuelva nuestra emoción, un ungüento que nos proporcione el abdomen perfecto, unas gotitas que logran que auque me acueste deprimido me despierte alegre. Buscamos a los charlatanes que nos estafan con sus promesas maravillosas de ahorrarnos el crecer, el sufrir, el vivir. Queremos todo hecho.

Lo infantil es hacer una pataleta para obtener lo que quiera, con el sólo hecho de hacer la pataleta, queremos que como por arte de magia se nos resuelvan los problemas. Lo adulto es muy distinto, lo adulto es enfrentar nuestros miedos más profundo caminando sobre nuestros pies, paso a paso bajar al infierno y salir de él transformado, sanando nuestras heridas y convirtiéndolas en cicatrices, que dejan su marca, pero no duelen.

Queremos parejas perfectas que excedan todas nuestras espectativas. Al más mínimo error se actúa con prontitud y decisión terminando la relación, hasta por mensajes de texto, o facebook. Nos negamos la palabra "proceso", el verbo "tolerar", "cocinar" y "crecer". Buscamos principes azules.

Huímos entonces a la menor crisis, lo que únicamente nos garantiza que tendremos que enfrentar la prueba nuevamente, pues nuestra alma exige la adultez de crecer. Y así vemos como salimos de una relación mala para entrar a una peor y seguir a otra perversa. Sin detenernos a cuestionar ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Cómo pienso lograr un resultado distinto realizando la misma actividad? ¿Cómo detengo esta locura?

"Entiendo que ninguna fórmula te ayudará realmente, la única fórmula efectiva es vivir, y esto consiste en aprender a conjugar, de nuevo, el verbo sentir."..."Tú eres un sutil y perfecto laboratorio alquímico, donde es importante trasformar el plomo en oro, esto requiere proceso, necesita llegar a altas temperaturas e ir decidiendo lo que quiero y lo que me es útil para crecer; de allí la transformación de un problema que en un principio fue terrible, hoy se convierte en un valioso instrumento que albergo y me llama a la reflexión. En esto consiste procesar, transformar, utilizar y es esto materia prima para la verdadera madurez." - Carlos Fraga R.

¡AMIGOS NO EXISTEN RECETAS!

Tarea: Escribe cómo han sido las relaciones que has tenido y responde a las siguientes preguntas ¿Cuánto dolor hubo en cada una? ¿Qué tienen en común? ¿Cuál fué mi respuesta en cada una de las crisis? ¿Qué es lo que este camino me quiere enseñar? ¿Qué debo aprender de todo esto?

Dia 1. Profundizando en la Anestesia - El pánico al dolor.

Todos somos seres profundamente heridos, que vamos por la vida con una serie de heridas sin sanar, infectas y dolorosas. Pero en vez de identificarlas, limpiarlas, suturarlas y cicatrizarlas decidimos por lo general mitigar el dolor, caminar anestesiados por la vida, engañándonos y observando nuestro mundo emocional a través de la herida.

Cuando vemos a alguien que nos interesa, o se interesa en nosotros la primera pregunta que nos viene a nuestra mente es...¿Qué implica esto para mi vida, acaso más dolor?"

Hemos construido un mundo que busca no sentir dolor, que espera crecer en anestesia, parir en anestesia, vivir en anestesia y morir en anestesia. Un mundo donde no se permite vivir ni el más leve dolor de cabeza. Una realidad que evita, evade y bloquea el dolor.

Darle la espalda al dolor, ignorarlo, el cubrirlo con trabajo, alcohol, drogas o medicinas es la ruina del carácter, es el inicio de la creación de carácteres crispados que no toleran la más mínima molestia o incomodidad. Esto nos incapacita para amar, pues todos los sucesos relevantes de nuestras vidas y que ratifican el hecho de estar vivos tienen su cuota de dolor.

Quisiéramos pastillas para para todo, para vivir dormidos. Relaciones que nos garanticen "cero sufrimiento". Esto no es más que vivir en lo infantil, en lo ingenuo, es un acto cobarde de no querer crecer, ni asumir responsabilidades en el sanar nuestras heridas.

El pánico al dolor nos impide vivir, arriesgarnos a salir. En Venezuela hay un dicho que reza así: "Al que le pica macagüa le coje miedo a todo bejuco" traduciendo del venezolano al castellano, la macagüa es una pequeña culebra típica del llano que se camufla muy bien en la vegetación seca, su mordida es muy agresiva y su veneno tiene efectos paralizantes y dolorosísimos, por ello el llanero dice que al que le muerde esta culebra, le teme a todo palo seco que hay en el llano.

Hay que temerle a las macagüas, pero no a la vida, no todo lo que está en el piso es macagüa, ni toda persona está destinada a herirte. Hay que aprender de nuestras heridas, cicatrizarlas y no permitir que estas nos paralicen y hagan que nos encerremos en la trampa de la soledad.

"El dolor es la fuente real de fortaleza, de templanza, pero no él como tal, sino el ser que lo padece y la decisión de éste para vivirlo, para meterlo en el laboratorio alquímico de su alma, y transformarlo en fuerza y materia prima para la grandeza y la trascendencia. " Carlos Fraga R.

"Desde la noche de los tiempos, el hombre había entendido, que el sufrimiento, una vez encarado sin temor, era un pasaporte hacia la libertad." Paulo Coelho en Once Minutos.

Tarea: Hoy atrévete a conocer a alguien del sexo opuesto al tuyo, que pertenezca a tu entorno común y con el que no hayas platicado nunca. Hablale al menos tres minutos y consigue su teléfono.

Comprendiendo la trampa de la soledad

Es necesario comprender la trampa de la soledad, ¿cómo colaboramos con ella?, ¿cómo nuestro entorno y nuestra tribu familiar fomenta nuestra soledad?, ¿cómo la cultura apoya e incentiva la trampa?, ¿cuál es el papel de nuestro inconsciente en todo esto?

Al comprender estos puntos podremos saber contra qué estamos trabajando y tendremos el 20% de la tarea realizada.

La cultura, nuestra tribu y nuestro inconsciente fomentan la trampa de la soledad, la cual está cimentada en los tres componentes culturales básicos:

  • Anestesia. "Falta o privación general o parcial de la sensibilidad, ya por efecto de un padecimiento, ya artificialmente producida." (Diccionario de la Real Academia Española).¿Cuánto de anestesia tiene tu vida? ¿Cuántas veces evitas relacionarte para no sentir dolor? ¿Cuánto pánico al dolor hay en tí? ¿Te has mostrado insensible con las personas que se aproximan a ti?
  • Velocidad. "Ligereza o prontitud en el movimiento"(Diccionario de la Real Academia Española). ¿Cuánto tiempo tienes para ti? ¿Cuándo fué la ultima vez que te diste un gusto? ¿Cuánto tiempo dedicas a tu vida emocional? ¿Cuánto tiempo dedicas a estar presente para ti? ¿Realmente tienes tiempo para ti? ¿Has tenido tiempo de detenerte a observar al ser que amas?
  • Titanismo. "Persona de excepcional fuerza, que descuella en algún aspecto." (Diccionario de la Real Academia Española). Relativo a los titanes, seres míticos, inmortales, inconscientes. ¿Cuándo fué la última vez que sentiste que no necesitas de nadie? ¿Cuándo fue la última vez que dijiste es mejor estar sola que mal acompañada? ¿Recuerdas cuando tus amigas te admiraban porque tu sola podías?